Ayer mañana, desde el camino del Castillo al puente nuevo, en la Hoya del Hocino, arribé por lo derecho, sorteado aliagas y vadeando barranqueras, entre tomillares y viejas olivas abandonadas, hasta el puntal de Pinchaires, junto a los Tablares de Doña Blasa, en el límite del término con Horcajada de la Torre, de los Llanos.
Recuperado el resuello asmático, el remonte de la pendiente, no si más de un traspié por los cantos rodados de las escorrentías, alcanzado el objetivo de llegar hasta un antiguo chozo y corral de ganado en este emplazamiento, ¡bien mereció la pena!
Las vistas desde este paraje fueron magníficas, tal y como lucía el día, festividad del obispo san Julián, desde el mismo corral, como un torrejón, y el vallejo del Hortizuela, hasta la línea del horizonte, perfilada nítidamente, en la sierra de Almenara.
Las fotos no hacen justicia a la belleza del paisaje que contemplaba. Tendréis que acercaros hasta aquí para comprobar la realidad que esbozan.