Tenía un asunto pendiente en este blog. El verano de 2023, en el mes de julio, me embarqué en una travesía mesteña por todo el término municipal de Torrejoncillo del Rey, que finalizó el día de la Asunción de la Virgen del año siguiente.
Desde mi donjón del Puntal de las Ánimas, dediqué todo un año en preparar un extenso trabajo seudo literario, mitad técnico y mitad ensayo, y con muchas historias de por medido, con lo que también adquiere la categoría de estudio etnográfico, y que titulé CHOZOS Y CORRALES. TORREJONCILLO DEL REY, UN PUEBLO MESTEÑO.
De manera radial desde el centro del pueblo, recorrí los caminos principales del municipio, buscando los restos de los antiguos corrales para los ganados de ovejas y chozos de pastores. Tanto los ubicados en el Monte, agosteros, como todos de los que obtuve referencia en el valle del Gigüela, en su total extensión por la zona mas manchega del termino, para los pastos de invierno.
En en su longitud transversal de los 9 km amojonados, transité la Cañada Real de Jábaga: el ramal nº 4 de Collado Rubio de la Cañada Real Conquense, así oficialmente conocida la Vereda de Torrejoncillo del Rey.
Recorrí desde el límite de Horcajada de la Torre hasta el de Montalbo y Campos del Paraíso, de norte a sur, numerosas veces la vieja ruta trashumante, inspeccionado cuanto majano, sospechoso de ser un resto de algún antiguo chozo o corral, encontraba a mi paso.
Recabé información de no pocos archivos que fui escudriñando: de la Asociación General de Ganaderos del Reino de España, de PARES, de los archivos municipales, sindicales, antiguos deslindes, mapas, los vuelos americanos de los años 50, documentos a los que accedía a través de internet... O libros de viejo especializados, que iba adquiriendo en páginas de coleccionistas.
Y tampoco pudo faltar las entrevistas personales con viejos paisanos y pastores de Torrejoncillo, ya jubilados, que me contaron numerosas historias, y me ayudaron a localizar un buen puñado de estas antiguas instalaciones ganaderas, símbolo de la arquitectura popular propia alcarreña, y que están desapareciendo inexorablemente.
Así, pude localizar e inventariar un total de 50 elementos pecuarios, en mejor o peor estado de conservación, algunos apenas vestigios: chozos, casillas, parideras, corrales y apriscos, ermitas pastoriles, fuentes y manantiales para ganado... Todo un entramado fascinante de arquitectura agropecuaria popular.
Esta modesta investigación quedó escrita con el título mencionado, en tres extenso documentos. A la parte más literaria de esta aventura mesteña por los caminos de Torrejoncillo del Rey y su Vereda, se accede en este enlace.
Los otros documentos que completan la narración, como son los apéndices y el inventario, con su catálogo con las 50 fichas dedicadas a cada uno de estos elementos pecuario y sus descripciones técnicas, queda custodiados en esta torre del homenaje del Puntal del las Ánimas, a recaudo y a disposición de persona curiosas e interesadas en la Trashumancia y la vida antigua de la Alcarria y Mancha Alta conquense.
Además del gusto personal por la realización de este trabajo, hay una satisfacción añadida al haber servido de acicate para que desde el Excmo. Ayuntamiento de Torrejoncillo del Rey se iniciara un expediente para dotar a estos elementos etnográficos de la correspondiente protección arqueológica, incluyéndolos en el Catálogo de Bienes Protegidos municipales.
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| Casilla de Cuchilleja en la Vereda de Torrejoncillo del Rey |

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