EL SILO
“La Red Nacional de Silos es una de las empresas más
interesantes acometidas hoy por el Estado. Como elemento regulador de la
economía, como factor para racionalizar nuestro mercado agrícola, como
instrumento puesto al servicio del labrador, la obra ingente de los silos
pertenece a esa categoría de las cosas “que quedan”. Así comienza un breve pero
ilustrativo documento de 1957 sobre la Red Nacional de Silos de D. Óscar
Núñez – Mayo.
Ese año, considerado como el fin de la durísima primera etapa
del franquismo y que daría paso al desarrollismo, 187 eran los silos
y graneros que el Servicio Nacional del Trigo (SNT), el flamante y
todo poderoso Organismo del Régimen, construyó para ganar “la batalla del pan”; de entre los cuales la provincia de Cuenca
contaba entonces con 8 de estos almacenes de cereal, entrando en el lote Torrejoncillo
del Rey, con la suerte de disponer de una de estas “catedrales olvidadas”
tan emblemáticas ahora del paisaje rural de la piel de toro, y que la de Torrejoncillo
se nos presenta “altiva”, consciente este edificio del agro de la comarca de su
superioridad sobre el resto de edificaciones, victorioso ante la ruina -cuando
no desaparición- de otras construcciones antaño preeminentes no sólo por su
altura destacada sino por su valor patrimonial y espiritual.
Quizás hoy tan sólo los cansados cerros en el entorno del
pueblo, tan característicos y emblemáticos de nuestro paisaje alcarreño, miren
displicentes el viejo edificio prominente obra del afán humano. Es posible que
incluso dolidos en su pétrea alma cuando allá en los inicios de los años 50 los
yeseros descomponían con sus barrenos el zopetero de las Eras del Convento para
ubicar y cementar la extraña construcción de oquedades cuadriformes, de líneas
verticales y rectilíneas alzadas al cielo, como brazos del movimiento, y
máquinas ingeniosas: elevadores, herrajes, sinfines, cangilones…, que osaba
aproximarse a su altura de oteros privilegiados
Serían Los Chulos, o quizás Los
Patas, propietarios de los hornos de yeso de Torrejoncillo del Rey, quienes
trabajarían en el desmonte del solar de la actual Calle Convento donde se
emplaza el Silo. Imagino los gañanes perforando enérgicos con ahínco el simple
cerrillo de pan trillar, con sus barrenos de dinamita devastadora mellando con
orgullo la era y haciendo volar por los
aires los bloques de aljez, y que los viejos de lugar aseguran llegaban como
proyectiles hasta la calle Honda; alborotando la paz de torrejoncilleros con las
explosiones atronadoras, inmersos los vivos en sus faenas y quehaceres diarios,
y sobresaltados por el ruido impertinente los Caballeros de la Orden de
Santiago, que dormirían la paz de los justos en sus distinguidos y fríos panteones
de la Ermita de Nuestra Sra. de la Paz del antiguo Convento Franciscano, y que
observarían indignados y molestos la obra magnífica.
Detalle del sur de Torrejoncillo del Rey. Foto del PNOA del vuelo americano 1956 - 1957
Como
sabemos, el lugar escogido para la ubicación del silo se situó al sur del
pueblo, en una de las muchas eras situadas a las afueras, junto a la carretera
a Palomares del Campo, frente al Convento. Desconozco quien sería el propietario
del terreno, y en el vuelo realizado por los americanos en esos años, incluido
en los archivos del Plan Nacional de Ortofotografía Aérea (PNOA), puede verse
con claridad un silo en plena construcción. La licencia municipal correría a
cargo de mi tío abuelo D Rafael Cuenca Jiménez, a la sazón alcalde y
carpintero de profesión, y las bendiciones con el hisopo y las aguas las
dispondría el párroco de entonces, D Patricio Gabriel García Fernández.
Detalle situación parcela del silo, paraje
Eras del Convento. Foto gentileza de J. M.ª Carceller. Años 60-70. Al fondo, en
el margen izquierdo, la iglesia antigua semiderruida, próxima a su total
desaparición.
Pero
hagamos un poco de historia antes de continuar con esta ingeniería agrícola
local, y esbozar apenas unos notas para introducirnos en lo que fue la Red
Nacional de Silos y Graneros, “una de las
realizaciones más espectaculares del Servicio Nacional del Trigo (SNT), y de
sus sucesores el Servicio Nacional de Cereales (SNC) y el Servicio Nacional de
Productos Agrarios (SENPA), por su dimensión, por los recursos empleados, por
sus repercusiones en el sector e, incluso visual en el paisaje español” (Ni un español sin
pan. La Red Nacional de Silos y Graneros. Ed. Prensas Universitarias de Zaragoza. 2007. D Carlos
Barciela López).
En
1932 se produjo en España una excelente cosecha de trigo, la mejor de toda la
historia de nuestro país hasta ese momento, que provocaría un importante
problema en el sector agrario y que repercutiría en la política del país,
inmersa como estaba en la ley de Reforma Agraria, aprobada en septiembre de ese
mismo año, y que trataría infructuosamente de solucionar el sempiterno problema
del campo español. Así, el gobierno de la República reaccionó el 15 de
septiembre con un posterior Decreto por el que se anunciaba la futura creación
de los primeros silos cooperativos oficiales.
Dos
años después, en 1934, la cosecha volvió a ser excepcional cuando todavía
estaban sin resolver los problemas originados por esta gran cosecha de 1932; y
en julio de 1935 se presentaba en el Congreso republicano un nuevo proyecto de
ley para la creación de un Consorcio Regulador del Mercado Triguero, que
preveía, igualmente, la existencia de una red de depósitos. Huelga decir el por
qué no saldría adelante este proyecto, rota la convivencia con el detonante del
golpe de estado.
Finalmente,
el 23 de agosto de 1937, en plena guerra civil española, se promulgaba por la
Junta de Defensa Nacional, el gobierno de los sublevados en Burgos, el Decreto-Ley
de Ordenación Triguera, que creaba el citado todopoderoso Organismo del movimiento
nacional, el SNT; culminando de esta forma el proceso iniciado en 1932 y
dando vía libre a la construcción de la Red Nacional de Silos, “que
permitiesen la recogida del trigo, la retirada de los excedentes en los años de
sobreproducción, la importación en los años deficitarios y el abastecimiento de
las fábricas de harina”.
Igualmente,
al propio estilo totalitario y autárquico del Régimen, si bien es cierto que
durante los años 30 se asiste en todo el mundo a un proceso de intervención
estatal en la agricultura, el SNT intervendría el sector mediante las reformas
económicas, “basadas en la revalorización de la producción asegurando al
trigo los precios mínimos remuneradores, ordenando la producción y distribución
del mismo y sus principales derivados y regulando su adquisición y movilización”.
Igualmente, los industriales harineros quedaban obligados a adquirir el trigo
en los silos y almacenes estatales al precio fijado por el Gobierno, como
ocurriría en la fábrica de harinas de Torrejoncillo del Rey. Y los consumidores
finales, de alguna manera frente a un mercado intervenido, a financiar la Red
con la compra del pan candeal, alimento básico e imprescindible.
Anuncio del SNT de 30 de septiembre de 1956 en
el diario Ofensiva, estableciendo el calendario de recepción de productos en
Torrejoncillo del Rey, entre otros municipios de la provincia.
No
es objeto de mi artículo la historiografía del problema triguero nacional, ni
del SNT con sus sucesores servicios y denominaciones, el SNC y el SENPA, o
profundizar en la mencionada Red de Silos, materias en las que me confieso
profano, pues mi querencia esencial es la historia local del Silo de
Torrejoncillo del Rey, como uno de los pocos y últimos edificios públicos con
memoria del pueblo, tan descuidado a pesar de su preminencia, y que atesora
tanta historia no sólo como pequeño engranaje de esta organización estatal
citada en sus diversos nombres, sino y quizás lo más importante, la intrahistoria
que atesora para los labradores de Torrejoncillo del Rey y de pueblos
limítrofes, y para el pueblo todo.
Con
lo que dejo el exceso de textos entrecomillados tratando de situar nuestro
almacén en este contexto histórico tan complejo, y propongo para los inquietos y
curiosos los libros citados, así como Veinte Años de
Actuación. El Servicio Nacional del Trigo, del Ministerio de Agricultura editado
en 1958; el documento técnico del Servicio Nacional de Cereales sobre la
Red Nacional de Almacenamientos de 1970 y el documento técnico de 1978
del Servicios Nacional de Productos Agrarios. Red Nacional de Silos, ambos
editados por el Mº de Agricultura; y Las Catedrales Olvidadas. Red Nacional
de Silos en España. 1940 – 1990, de César Aitor Azcárate Gómez, publicación
del Mº de Medio Ambiente, de 2009.
Foto del Silo, desde la C/Iglesia
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Portada de Documentos y Libros sobre Red Nacional de Silos, y
el SNT.
Otros documentos muy interesantes para saber algo más sobre la historia del SNT y la Red de Silos, son los documentos audiovisuales de los archivos del Noticiario Español, NO-DO, el popular noticiario de prensa y propaganda del franquismo creado en 1943, documentales con una cuidada realización, y que detallan aspectos del campo español como el de Trigos en España, de 1943, o más concretamente sobre el asunto de silos, el reportaje de 1956 Trigos Españoles, disponibles en la página del FEGA y YouTube.
La historia termina casi como comenzaba allá
por el 1932, ya que la campaña de 1984-1985 en España fue excepcional, con otra
cosecha récord de 6 millones de Tn de trigo; con una salvedad que imponía la
realidad del mercado y fue que alcanzado el viejo sueño franquista con la
finalización de la Red Nacional de Silos, el 90% de la cosecha de esa campaña se
comercializaría a través de operadores privados, y sólo el 10% restante a
través del SENPA. Sería el fin de la Red Nacional de Silos. En definitiva, con
la ley de 29 de mayo de 1984 se pone fin al monopolio y comienza la etapa de
desmantelamiento de la Red, creciente hasta ese mismo año incluso, lo que nos
da una idea del poder del lobby triguero, que diez años después del
fallecimiento del viejo general y en la firma del Tratado de Adhesión de España
a la Comunidad Económica Europea, aun se mantenía el monopolio estatal triguero
del todo poderos SNT, uno de los proyectos más emblemáticos de la dictadura y
que se resistía a desparecer. Los números finales: 672 silos construidos en
España con una capacidad total de 2.302.709 Tn, y 277 graneros con
303.409 Tn de capacidad.
Comenzaría así un periplo de titularidades de
los Silos, y al inicio de la década de los 2000, del SENPA se fueron
transfiriendo a la D. G. de Patrimonio del Ministerio de turno, las Comunidades
Autónomas, Ayuntamientos, y particulares, sin resolverse el problema que
generaba esta Red desamparada, con tantos recursos públicos invertidos,
trasladando el problema de unas Administraciones a otras ante la imposibilidad
de hacer frente indefinidamente a unos costes de mantenimiento sin perspectivas
de futuro. La solución, después de todos estos años, ha sido meridianamente clara,
anular la Red de Silos para la agricultura española, abandonar las
instalaciones a su suerte y dejarlas arruinar por un Estado inmisericorde,
moderno para estas cosas tan rancias, antaño encaprichado con el juguete con
fondos sin mesura, hogaño rácano en ideas imaginativas y arriesgadas, y en propósitos
de reconversión e inversiones; y trasladar el problema a los pequeños
Ayuntamientos rurales sin autonomía y recursos, sin propiedad, pero obligados a
enfrentarse a los costes de mantenimiento de estas catedrales olvidadas,
herrumbrosas y tristes, solaz de torcaces y estorninos.
Vista del Silo desde Las Eras del Cuartel. 03/12/2011
En lo que respecta al Silo de Torrejoncillo
del Rey, la titularidad pasó a la D. G. del Fondo de Garantía Agraria (FEGA),
del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y en esta máxima de la extinta
Red Nacional de Silos de trasladar el problema, como Juana la Loca deambulaba el
cadáver de Felipe el Hermoso por toda Castilla, el muerto recayó a Patrimonio
de la Consejería de Agricultura de la Junta de Comunidades de Castilla – la
Mancha. El Ayuntamiento, mediante un acuerdo de 22 de enero de 1998, dispone de
autorización de uso “para fines de interés general agrario, uso limitado al
tiempo estrictamente necesario, con abono de todos los gastos que el mismo
ocasione, incluidos arbitrios municipales, impuestos sobre Bienes Inmuebles,
tasas o contribuciones especiales que puedan existir sobre dichos inmuebles,
eximiendo al FEGA de los mismos durante el tiempo que dure la cesión,
formalizada el 19 de enero de 1998”. Esta cesión no suponía derecho
adquirido alguno.
El despropósito para los intereses municipales
continua de forma que el “FEGA procedería a dar de baja todos los contratos
de servicio existentes a partir de la fecha de entrega, tales como agua, luz,
etc., siendo por cuenta del Ayuntamiento la gestión, contratación y pago de los
servicios que estime oportunos, y que añotodas las responsabilidades que
pudieran derivarse de la utilización del inmueble, incluso la reparación de los
posibles daños o desperfectos que pudieran producirse, serán por cuenta del
Ayuntamiento, que deberá cesar en el ejercicio de la actividad que se
autoriza, tan pronto como sea requerido. El conocimiento por el FEGA del
incumplimiento de las obligaciones derivadas de los fines para los que es
cedido, comportará la revocación de la cesión unilateral por el cedente”. Denotan
estos acuerdos un descarado interés de la Administración por el sostenimiento y
conservación de su Patrimonio al estilo de bueno de Pilatos, descargada la
conciencia y responsabilidad en los Ayuntamientos rurales. Una dejación sin
paliativos.
Documento. Cartilla de lectura de contador de
agua del Silo
Que en la comarca alcarreña en la que estamos,
iniciado el desmantelamiento de la Red Nacional de Silos, había necesidades
particulares de almacenamiento de cereal, es una verdad constatada con la
simple visita a los arrabales urbanos de nuestros pueblos y ver la
proliferación de naves agrícolas que los agricultores, propietarios de
explotaciones, y cooperativas, han construido sin denuedo para la custodia de
sus cosechas; y para ahondar en el despropósito para la Red, la gran mayoría de
ellas edificadas bajo el paraguas de las ayudas de los Fondos de Desarrollo
Rural Europeos para la lícita mejora e incorporación tan necesaria de jóvenes a
las explotaciones agrícolas.
Esto me lleva a reflexiona si el Ministerio de
Agricultura en lugar de abandonar la Red de titanes, como una cuadrilla de
leprosos a la suerte de la mendicidad, quizás por el tufo franquista del antiguo
SNT que rodea el sistema de almacenamientos, y que haría arrugar la nariz y
tensar el meñique a más de un funcionario de nuevo cuño deseoso de actualizar
su imagen demócrata-de-toda-la-vida y desvincularse de todo lo que oliese a
Régimen; en lugar de abandonarlos en su totalidad, digo, bien podrían haberse
estudiado alternativas para su reconversión, incluso con la participación de
los productores, puesto que necesidades ha habido, y dineros bastantes.
Ya en los primeros años 30, voces solventes del
país propusieron que la Red aun
inexistente y necesaria, se desarrollara con una gestión mixta mediante empresa
semipública, que llevara a cabo por una empresa al estilo de la CAMPSA para los
hidrocarburos, creada por el político de triste final José Calvo Sotelo; o
incluso propuestas más arriesgadas, de difícil término para aquellos años de plena
crisis de las democracias occidentales, como que la Red fuese realizada por
manos privadas, como así propuso la prestigiosa empresa alemana especializada
en tecnología de molienda, Buhler. Hoy, en pleno siglo XXI continúa montando
fábricas de harinas en todo el mundo, como la existente de avena en la vecina Carrascosa
del Campo, propiedad de la familia NOALLES Y BALANZÁ, S. A., que se levanta
imponente junto a la A40, como una nueva catedral modernista.
En definitiva, poner la Red en manos privadas
mediante cesiones desinteresadas y acuerdos de reconversión, como las
Cooperativas agrarias de las localidades o comarcas, empresas de almacenamiento
y selección de cereales, y bajo las ayudas de estos fondos europeos de
desarrollo rural, haber contribuido al sostenimiento de la Red con el fin por
la que fue creada, modernizada y adaptada a los retos actuales de sector.
Fábrica de harinas de Avena, de Carrascosa del
Campo, propiedad de NOALLES Y BALANZÁ, S. A.
Pero volvamos a terrenos menos burocráticos, cenagosos,
y situémonos de nuevo en el año de 1952, en los que se llevaría a cabo la
construcción del silo de Torrejoncillo del Rey, coincidiendo con los primeros
Planes de la expansión de la Red Nacional como hemos visto, para aportar
algunos datos curiosísimos, muy interesantes, algunos de ellos frutos del azar.
El Silo dispone de una pequeña oficina, con una mesa camilla desvencijada
huérfana de faldas y brasero testigo de no pocas tertulias sobre el campo y la
meteorología caprichosa. En ella, en un viejo armario carcomido, he rescatado
un puñado de documentos, muchos ya inservibles -¡ay, cuántos valioso desaparecidos!-
llenos de polvo y excrementos de roedores, que han dado cuenta de mucho de
estos papeles para una dieta rica en celulosa; pero aun bastantes y valiosos,
algunos en buen estado, y recuperar así parte de la historia de este edificio
principal.
Entre
la documentación rescatada de la oficina auxiliar, sorprendentemente hayo
prácticamente intacto un Libro de Visitas de Inspección al
Almacén Cereal de Torrejoncillo del Rey. La diligencia de este libro de actas
por el Jefe Provincial de Cuenca del SNT es de 10 de septiembre de 1953, año en
el que aun el silo estaba sin construir. Como es sabido, después de la guerra
civil, la Ermita de la Soledad fue usada como granero del SNT
hasta la puesta en funcionamiento del Silo, sería denominado como almacén nº 1,
y es aquí donde los agricultores del pueblo almacenaban sus cosechas de trigo,
y que alimentaba durante todo el año la fábrica de harina, y mantenían
calientes y aromáticos los muchos hornos de pan blanco con los que contaba el
pueblo.
Entre sus páginas ajadas leo las notas de la
inspección de 30 de agosto de 1956, donde se constata el mal estado en que se
encuentra la Ermita. El Jefe Provincial escribe en este sentido: “únicamente
encuentro en el almacén n.º 1 Ermita de la Soledad, que cada día se encuentra
en peores condiciones, pues la grieta que tiene en el lado izquierdo está más
abierta creyendo el que suscribe, sería conveniente, adjudicar todo el trigo y
reparara urgentemente”. La Ermita, tras el derribo de la antigua iglesia, fue
reparada y restaurada con elementos de ésta, como el retablo, y devuelta al Culto
en el año de 1961; el uso como granero finalizaría en el año de 1958; aunque no
perdería su función en esta perspectiva católica, de ser recogimiento de las “semillas”
de Torrejoncillo del Rey al amparo de Ntra. Sra. la Virgen de la Piedad de
Urbanos en los meses de mayo.
Facha de la Ermita de la Soledad, usada como
GRANERO desde el final de la guerra hasta finales de 1958.
Otro dato curios que obtengo de este especial
documento a salvo de la voracidad de los roedores y la desidia y dejadez de
nuestras élites, y que desconocía totalmente, es la existencia de otro almacén
de trigo en el pueblo, ubicado en alguna sala o cámara y denominado almacén nº
2, Panera. Ignoro su ubicación. Se indica en la entrada n.º 27 de
marzo de 1958 del libro de vistas que “la panera nº 2 solamente se usa para trigo
no de semillas y que se encuentra en malas condiciones”. A partir de este
año, no hay más menciones ni referencias a este misterioso almacén. Indagando a
los viejos del lugar, últimos reductos de la memoria viva del pueblo, me
indican que quizás se tratara de alguna nave almacén en el interior del pueblo,
posiblemente la de D. Juan José Balsalobre, en la calle Capitán Calleja.
Por último, el 26 de febrero de 1957, se
entrega la majestuosa arquitectura, quedando así registrado en el valiosísimo y
viejo legajo: “Por orden del Sr. Sartorios se le entregan las llaves del
Silo aunque no se ha hecho acta de entrega, porque el elevador y los
trasportadores no dan el rendimiento que la casa da, que es de 1.500 kg/hora y
solo da en perfectas condiciones 1.100 kg y que se puede utilizar hasta tanto
la casa lo repare”. Así, mediante este sencillo acto tiene lugar la
apertura del Silo. Buscando por las hemerotecas de la prensa de la época,
no he encontrado noticias al respecto de esta puesta en servicio, o cualquier
acto de inauguración y propaganda.
Documento. Diligencia 21 de fecha 26 de febrero de 1957, de entrega de llaves del Silo de Torrejoncillo del Rey.
El último apunte de este documento, el nº 32,
es del 25 de marzo de 1976, y reza así, como un viejo parte de derrota de
guerra: “Diligencia: para hacer constar mi presencia en este Silo,
exponiéndole al Auxiliar del Servicio la situación de posible supresión de esta
Jefatura de almacenamiento, quedando como subalmacén de Carrascosa del Campo”.
Silencio. El resto páginas vacías de la escritura con caligrafía precisa y
mecánica, de frase rectilíneas, amarillentas por los años de olvido y orines de
ratones.
El Plan Nacional de la Red de Silos,
estableció tres tipos de unidades de almacenamientos con sus diversas
clasificaciones. Los del primer nivel llamados de recepción para
absorber la oferta de cereal en los mismos lugares de producción, con
capacidades entre 1.500 Tn a 2.000 Tn, conservando el granos para el propio
consumo o para el traslado a otras zonas; así los agricultores tenía un centro
de recepción y almacenamiento cercano a sus explotaciones, y también los
harineros donde tendrían a mano el suministro del trigo, como es el caso de
Torrejoncillo del Rey, ya que si anteriormente hablaba de suerte de contar con
este Silo, no sería tanto fruto del azar, sino de la ubicación estratégica del
pueblo entre las antiguas carreteras a Cuenca, o Valencia por Montalbo; el
número de habitantes con un censo de casi 2.000 personas en aquellos años lo
que nos da una idea de la relevancia del pueblo, y la existencia de una fábrica
de harina, hoy desparecida, como la de D Manuel Clemente ubicada
junto al antiguo granero, la Ermita de la Soledad, en la Calle Cristo.
En un segundo nivel estarían los silos de tránsito
y reserva, como puntos reguladores intermedios entre producción y
consumo, ubicados en puntos estratégicos, con capacidades de almacenamiento
entre 15.000 a 25.000 Tn, en este tipo se encontraría el macrosilo de Tarancón
con una capacidad de 21.000 Tn; y finalmente, para realizar las operaciones
exteriores se precisaban los llamados silos de puerto, con
capacidad de hasta 30 000 toneladas.
Según la definición y características
de los 20 tipos de almacenamientos,
y que obtengo a través de la web del grupo de investigación privado SILOSYGRANEROS,
que promueve la puesta en valor de la histórica Red Nacional de Silos y
Graneros de España, y la publicación del SNC, editada por Mº de Agricultura en
1970, encontrada igualmente olvidada en la oficina, el Silo del pueblo se
considera de recepción en almacenamiento vertical, con filas de celdas y
muros de fábrica de ladrillo armado, solución adoptada del sistema patentado de
Schultz y Kling, ingenieros alemanes, que permitían suprimir los encofrados y
construir más rápido. Las celdas están apoyadas sobre el terreno, de sección
cuadrangular, con un pasillo central de maniobra sobre el cual también se sitúa
otra fila de celdas de menor capacidad, y con torre frontal diferenciada del
resto del edificio agrícola, no disponiendo de tren vertical de selección, lo
que confiere al Silo una clasificación de Tipo D. Esta configuración
convierte al silo de Torrejoncillo del Rey en la tipología más extendida,
formando parte de las 393 unidades construidas y dispersas por todo el
territorio nacional.
La
capacidad del Silo de Torrejoncillo es de 1.900 toneladas, repartidas en
14 celdas. Entre los documentos rescatados de la oficina de Silo, he encontrado
copias de un plano de los alzados del edificio, del SNC, con instrucciones para
la colocación de la nueva cartelería, que data de agosto de 1970,
convenientemente mordisqueado por ratones, ajenos a la delineación precisa.
Otra
medida de capacidad de los silos que encontramos en los libros y manuales es
por vagones, siendo la del Silo de Torrejoncillo del Rey de una
capacidad de 190 vagones, es decir 1.900.000 kg de cereal en una sencilla regla
de tres, ya que se considera que un vagón soportaba una carga de 10.000 kg. En
listado de papeles encontrados en la oficina en la campaña 1974 – 1975, se
anotaros unas existencias p. e. de 1.900.000, el límite de su capacidad, y
existen evidencias de su uso regular hasta la campaña de 1991 – 1992, con
existencias almacenadas de unas 1.600 Tn.
Sin ánimo de cargar en exceso este artículo
con datos técnicos, adjunto también unas imágenes de los esquemas que aparecen
representados en los documentos citados, para esta clasificación “D”, que creo
pueden ayudarnos a comprender mejor qué es un Silo, y cómo funciona. El grupo
de investigación SILOSYGRANEROS, en su web, dispone de un vídeo muy didáctico,
breve pero aleccionador, que también podrá ayudar a entender de manera rápida y
sencilla el funcionamiento.
Esquemas de un Silo de recepción, tipo D, similar al de Torrejoncillo del Rey
Edificio principal, el Silo de Recepción, con la tolva de recepción, y oficina.
Vista lateral del Silo, con detalle de la salida a selección, o granel.
Las
instalaciones generales del Silo son bien conocidas por los torrejoncilleros -si
bien a fuerza de costumbre quizás nos pasen ya desapercibidas y las pensemos
inútiles por inservibles, feas y arruinadas-, y cuentan con este número de
elementos comunes en todos los almacenes de la Red, es decir junto a la tolva
principal de recepción del edificio cubierta con un porche donde comenzaría el
proceso, se encuentra la pequeña oficina que ubica los cuadros eléctricos de
fuerza y maniobra, y algún viejo mobiliario ya citado con los documentos
póstumos que anuncian calladamente a la soledad del habitáculo, sus toneladas,
variedades, saqueríos, órdenes, transportes, albaranes, circulares, nóminas e
inspecciones, como fantasmas estériles y olvidados; radiadores eléctricos que
no calientan, baterías sin carga, y un oxidado botiquín aun con material de
primeros auxilios, esperando el incidente laboral que no llega.
Foto de los equipos de control y maniobra del silo, aun en servicio.
Al
lado de izquierdo del edificio se encuentra una pequeña sala, quizás donde
albergar maquinaria auxiliar inexistente y que formó parte de la instalación, como
alguna seleccionadora, o un tornillo elevador de grano móvil de la empresa IMAD
y una máquina para toma de muestras, o una máquina ensacadora de 80 kg de
capacidad de la casa CONSTRUCTORA MONTAÑESA, S. A., todas del inicio del
servicio en 1957 como reza en albaranes y partes de trabajo; o una rampa sube –
sacos también de la casa valenciana IMAD, de 1964; con constancia documental de
entrega de todas ellas como digo entre los ajados papeles, sus esquemas de
instalación, planos, y manuales de uso; maquinaria espoliada, desaparecida sin
rastro. Rescato un par de cazoletas inútiles y huérfanas de balanza, pero
ningún resto del pequeño equipo de laboratorio, completo de pesas y utensilios
para calibrar el grano con el que contó la estancia para sus minuciosas
calibraciones y selecciones precisas.
Cazoletas para el calibrado del cereal.
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Báscula y oficina, y centro de transformación.
Visitar
el interior del Silo es un ejercicio aleccionador, además del físico hasta
culminar la torre por los interminables tramos de la escalera interior de
mantenimiento, como un Miguelete desacralizado, con el rumor quejumbroso
de antiguos motores en el interior de las tripas de este edifico secular,
tocando arrebato con el sube y baja mecánico de cangilones que transportan el
cereal, en lugar del armónico golpeo de un badajo en el bronce de campanas,
tañendo su sonido de engranajes a los campos de labranza de Torrejoncillo, como
un quejido fúnebre y último, que el viento ulula a través de las numerosas ventanas
de vidros quebrados. Asomarse por alguna de ellas, desde esa altura
privilegiada es una visión espectacular de tejados y patios.
La
maquinaría original para la mecanización del proceso, es de la casa VISIMAR, y
aunque en mal estado después de estos casi 65 años de vida y el mantenimiento
inexistente, el justo para el precario y esporádico funcionamiento, aún presta su
servicio industrial agrario original. Como es sabido el Ayuntamiento ha tenido
arrendando el Silo por celdas a diversos agricultores locales, estando hoy
ocupado en su totalidad por la empresa Agrícola Oiz Gonzales, S. L., de
Palomares del Campo. En diciembre de 2010, siendo alcalde D José Antonio
Vals, se realizó una obra de mantenimiento con el pintado de todo el
edificio, con cargo a los presupuestos del Consistorio.
El Silo de Torrejoncillo del Rey. Foto 18/05/2013 |
Pero
no todo iba a ser subir y bajar escaleras, y milagrosamente se preserva en buen
estado uno de los antiguos teléfono que formaba parte del sistema de
comunicación interior del Silo entre la oficina y la última planta donde se
sitúa el trasportador horizontal de llenado de celdas. Dos por tanto serían los
comunicadores, con sus correspondientes timbres, quedando muestras en paredes
de su ubicación. Uno ha desaparecido, y el otro magnífico y único equipo,
delicia de cualquier coleccionista, has sido limpiado y restaurado
altruistamente por nuestro vecino Miguel Iglesias, a quien agradezco su
desinteresada ayuda, y provecho para desearle una pronta y completa
recuperación.
Teléfono de comunicación interna del Silo
Dejo
en este documento fotos tomadas recientemente de estas simples tripas mecánicas,
y añado un esquema de principio del silo, que pueda ayudar a entender el
funcionamiento asombroso.
Maquinaria Tolva de admisión |
Descargas Celdas. Galería Inferior |
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Elevador de cangilones. Primera
etapa |
Final Elevador de cangilones, motor
y 2ª etapa |
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Trasportador horizontal. Galería superior
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Trasportador horizontal con tubo de descarga o telescópico portátil |
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Elevador, motor final de la 2ª
etapa. Punto más elevado del edificio
Esquemas de principio de Silo tipo D, similar al de Torrejoncillo del Rey |
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Por último, y finalizando este paseo por el
Silo, me detengo en la nave auxiliar que completa junto con los patios la
instalación, totalmente vallada. Esta nave, anexa a la parte trasera del gran
almacén, se comunica interiormente con éste por la galería inferior. Está dividida
en dos salas diáfanas, una de ellas con los aseos, y se encuentra en buen
estado, aunque sucia y sin uso, inservible ante cualquier eventual necesidad.
Tiene salida a los patios y directamente al exterior, a la Calle Cristo por una
pequeña puerta de paso.
Los aseos en el interior de una de las salas
de esta nave auxiliar se obraron a partir de en abril de 1974, fecha en la que
el SENPA comunicaba la autorización para su construcción y la aceptación del
presupuesto correspondiente, obra ejecutada por el vecino de Torrejoncillo del
Rey D Bautista Valladolid Solares, por 79.750 pts. Ambos documentos,
rescatados de la oficina y junto con el resto a lo que voy haciendo referencia
en este trabajo pasaran la archivo del Ayuntamiento para evitar su deterioro y
pérdida definitiva.
Documento. Orden del SENPA de 14/04/1975 para
construir los aseos del silo
Para
terminar con la descripción de este espacio ahora inservible, indicar que el
pasado año propuse una iniciativa para su rehabilitación y reforma al
Ayuntamiento, con una inversión total de 43.197 €; para generar un espacio
municipal disponible a posibles emprendedores, artesanos o nuevas actividades,
a modo de vivero de empresas; o para asociaciones u otras necesidades
municipales de cualquier tipo y que tengan cabida en esta polivalente sala
desaprovechada, pero con tantísimas posibilidades que ayuden a la dinamización
del pueblo, generando un servicio para la promoción empresarial ahora
inexistente.
En
este momento se han iniciado los trámites ante la D. G. de Patrimonio de la
Junta para la correspondiente autorización de la actuación propuesta, como un
permiso paternal, ya que como he indicado, estamos sujetos a la tutela de
Administraciones supramunicipales, que coartan la autonomía municipal sin
posibilidad de actuación, incluso para una mejora sustancial del arruinado
edificio con fondos propios, gasto que para colmo hay que comprometer
previamente.
Bien
es verdad que siempre queda el recurso de desafectar el Silo, con el
correspondiente inicio del expediente y solicitud al actual titular, la Junta,
donde el muerto, con toda su mortaja de cintas y engranajes, pasaría a manos
del Ayuntamiento, disponiendo así de total independencia y gestión sobre el
mismo. Al fin y al cavo sería nuestro muerto. Acción que a mi juicio se debería
acometer, ya que el total del coste actual del mantenimiento y sustento, los riesgos
de seguridad industrial por el uso que aún se realiza, etc., recaen indiscriminadamente
sobre el Ayuntamiento, pero sin la libertad de cualquier actuación o iniciativa
que pudiera realizarse para el interés común, uso y aprovechamiento definitivo
de todo el pueblo.
Vista interior nave auxiliar. Sala
1, con acceso a galería principal |
Vista interior nave auxiliar. Sala
2, donde se ubican los aseos |
Y
termino con este recorrido por la memoria del Silo, que he tratado recuperar
con este trabajo, con el aspecto más humano, y que no es otro que el de las
personas que formaron parte de su vida, mozos que acarrearían los sacos que alimentaban
la celda insaciable, engrasarían las poleas y motores de giros sin fin,
limpiarían de polvo las instalaciones, contabilizarían el saquerío con sus
entradas y salidas de trigos blandos y duros, cumplimentarían vales-pagarés
sustento de familias durante todo un año… Algunos nombres ya han paseado por
este texto, pero no podrá ser completo esta modesta investigación sin hacer
mención a protagonistas principales de la historia.
No
es difícil imaginar el bullicio entorno al Silo en los meses de recolección,
con la confluencia de tantos labriegos de la comarca, y sus bestias de carga,
galeras, carros repletos de sacos con la cosecha del año. Que fue un punto
estratégico para la vida del pueblo no cabe duda. Desde muy temprano, en pleno
inicio de funcionamiento del almacén, ya se abrió la primera taberna, la de los
Bocacha, en el corral que actualmente ocupa la quesería de Javier Medina,
donde esperando su turno almorzarían los agricultores y mozos, descansado de la
larga marcha desde los pueblos vecinos. Otros negocios confluirían a la larga
sombra del edifico, como el surtidor y el bar de Liborio, también con ferretería
y tienda de telas, zapatos, y utensilios para el hogar; o el moderno Bar
Restaurante El Chalet, en 1976; y la nueva báscula también instalada próxima al
Silo, en esta locura inconsciente de manejo de los fondos públicos donde la
báscula del SENPA en el Silo se encontraba a escasos 200 m de la instalación de
otra nueva.
Como
es normal, el SNT contaba con su correspondiente super estructura piramidal,
fiel a los principios de un régimen autárquico, -aunque la burocracia a la que
estamos sometidos en el momento que vivimos tampoco va a la zaga, donde no hay
trámite que no cuente con un el informe de un eslabón superior que previamente
proviene de otro superior, y éstos de otros de mayor nivel, ya sin saber si la
orden es provincial, nacional o europea, hasta diluirse la responsabilidad en
una maraña de directorios estancos, opacos
e inamovibles, unidos por hilos invisibles, como celdas de un Silo. Expongo un
organigrama del Organismo triguero, para situar a Torrejoncillo, como tantos
otros pueblos que formaron parte de la Red Nacional de Silos, en el nivel
inferior, pero no por ello quien ostentaba la responsabilidad de “Jefe de Silo”
por aquellas épocas, el popularmente conocido como “delegao”, estuviera exento
de una importante autoridad.
Imagen del Organigrama de la Organización del SNT. 20 años del SNT
El
citado Libro de Vistas encontrado en la oficina, como se ha venido comentado,
cuenta con bastantes diligencias tanto de las efectuadas a la Ermita de la
Soledad, la Panera, y el Silo; todas firmadas por el correspondiente inspector
comarcal, garabatos ilegibles, sin identificación. Por el contrario, sí
aparecen nombres de varios de los Delegados o Jefes de Silo que han
venido trabajando a lo largo de la vida del SNT, SNC o SENPA, hasta su
disolución. Nombres que acompañan la firma de diligencias junto a la del
Inspector, con entradas y salidas de jefatura, como las de D Alfonso Martín,
D Roque de la Torre, D Santiago Cid Barrios, y quizás el más reconocido por
el pueblo, el Jefe de Silo D Luis de la Cruz, por los muchos años que
asumió la jefatura, desde 1958 hasta 1970 y por su vinculación al pueblo con
enlaces matrimoniales de sus descendientes con otras familias destacadas de
Torrejoncillo del Rey.
Los
trabajadores o mozos que formaron parte del SNT inicialmente fueron D
Eulogio Díaz González, D Miguel Oyuela Cuenca, y D Francisco Rodríguez del Saz
(Diligencia 29 de fecha 17/12/1957). Eulogio trabajaría como auxiliar del
almacén hasta causar baja por jubilación voluntaria el 31/12/1976. Su hijo, D
José Diaz Sanz, se incorporó al servicio como obrero en mayo de 1964, hasta
su fatal y trágico accidente agrícola al volcar el tractor con el que laboraba
en junio de 1973, siendo ya auxiliar del servicio. D Luis Solares se
incorporaría posteriormente a la nómina de trabajadores del Silo, hasta su
disolución que quedo incorporado a la D. P. de Cuenca de la Consejería de
Agricultura de la Junta.
|
Documento. Fichas del SCN de trabajadores del
Silo de Torrejoncillo del Rey
Qué
importante sería la construcción del Silo para la mejora de las condiciones
laborales de los mozos, eliminados los pesados trabajos de carga de sacos
trigueros a la espalda acarreando por rampas de pendientes tortuosas para el abastecimiento
de los graneros y optimizar sus espacios. Sin duda, la mecanización del
almacenamiento de cereal, al igual que el resto de operaciones mecanizadas del
laboreo supuso un gran avance en las condiciones de trabajo de la gente del
campo.
Imagen de acarreo de sacos trigueros en
Graneros. Libro 20 años del SNT
Hasta
aquí este trabajo sobre el Silo de Torrejoncillo del Rey, con el que trato de
llamar la atención sobre esta catedral de nuestro pueblo, una de esas
cosas que quedan, que parecen perdurarán para siempre, pero que el mal
interno de la desidia, la atonía, la dejadez y el abandono, minarán sus
cimientos, hasta que llegue el día en el que veamos desgajarse el primer
esquinazo, caiga aquella cubierta, o reviente la precisa maquinaria, y desaparezca,
indefectible parte de la historia contemporánea del agro torrejoncillero. Me
molesta especialmente ese desprecio por el papel en nuestro pueblo, como todos
estos documentos importantes “olvidados” en la oficina del Silo; donde localizar
y estudiar un legajo aunque sea administrativo sobre su historia de aquí, es ya
tarea imposible: en el Ayuntamiento, en el Silo, en la Iglesia… Patrimonio
documental dejado a la suerte del espolio o destrucción, en ese desprecio
castizo hacia el “papel” tan nuestro.
El
futuro del edificio es incierto, pues como he tratado de exponer depende de
muchas voluntades, la principal la de notros mismos de no dejar perecer este
gran coloso que forma parte de nuestro paisaje, historia y recuerdos recientes.
Las soluciones nos son fáciles por el coste y dificultad de reinventar la
función de este viejo edificio agrícola, y pasan por imaginación y una buena
cantidad de euros. Existen experiencia como el Proyecto Titanes (https://iamtitanes.com/) de
la D. P. de Ciudad Real en el que un puñado de buenos artistas grafiteros, han
pintado las altas paredes de una decena de Silos. No es que sea yo muy
partidario de decorar los Silos como si los vistiese Ágata Ruiz de la Prada, o
los delineara con su tinta indeleble un artista en tatuajes para raperos; uno
es más partidario de las geometrías simples y colores primaros del diseñador
alcarreño Juan Carlos Pajares, sencilla interpretación dentro de la
sobriedad que debe ser nuestro lema, como al que el poeta Federico Muelas
conmina a los castellanos en su posición superior y vigilante, desde su
almena. Aún así, no deja de ser un buen proyecto que ha servido para
mantener exteriormente estos edificios singulares, y a la vez contribuyen de
reclamo turístico para sus municipios.
|
Silos de Ciudad Real, incluidos el en Proyecto
Titanes
En
el pueblo vecino de la capital, Chillarón de Cuenca, se ha llevado a cabo otra
interesantísima experiencia con su Silo, siendo rehabilitado para uso como
instalación deportiva, creando el Nuevo Centro Castellano Manchego de
Tecnificación Deportiva en Espeleología y Montaña, con un rocódromo y
salón multiusos. Sin duda una magnífica experiencia que pone a salvo y
en valor el Silo de la localidad, con un uso integral de la edificación,
destinado a estas prácticas deportivas tan demandadas actualmente.
Otro
interesante proyecto es el Proyecto Silos, de la Fundación Goteo,
con el que han iniciado una campaña de micro financiación para la realización
de actividades culturales y educativas sobre Patrimonio Industrial de los Silos
de toda España, incluso de los de Italia y de Portugal, y abierta a quienes quieran
adherirse y participar de esta experiencia novedosa. Es un proyecto complejo
que pretende ensalzar el valor arquitectónico e industrial de la antigua Red, y
ya han llevado a cabo campañas de concienciación y actividades culturales,
disponiendo de la cesión de un silo como sede de la Organización sin ánimo de
lucro. Sin duda otra buena noticia para la supervivencia de la Red.
Imagen de la web Proyecto Silo, sobre una de
las experiencias culturales con estudiantes llevadas a cabo.
Son
varios más los proyectos que sobre la antigua Red Nacional de Silos podemos ver
con una rápida miranda a través de la ventana de internet: propuestas para su
transformación en Hoteles, Centros Sociales, de Ocio…; o como las de algunos
Colegios Profesionales para la rehabilitación como centros de enseñanza e
interpretación para las Escuelas Universitarias de Ingenieros Agrónomos.
Propongo también que quizás serían interesantes para la enseñanza en formación
profesional de algunas de sus ramas técnicas como la de industrias
agroalimentarias, fabricación mecánica, o instalaciones y mantenimiento, para
su uso activo como talleres de formación, prácticas y empleo de los Institutos,
ante la carencia actual de estos oficios industriales básicos en la empresa.
Pongo
fin a este trabajo sobre el Silo de Torrejoncillo del Rey, con freno a la
imaginación desbordada sobre las infinitas posibilidades que entraña la Red, con
el que he tratado con estas líneas hacer una llamada de atención para el
auxilio de este Patrimonio rural indefectible. No era mi intención mostrar una
visión nostálgica y trasnochada que justifique hoy su inútil servicio por el
mero hecho de encerrar en su arquitectura gran parte de la reciente historia
agraria del pueblo, como una mirada melancólica y paralizante -en muchos
momentos de indignación por tanta desidia-, que bloquee la imaginación y anule
la voluntad de luchar por estas cosas que quedan.
Foto del Silo y la Ermita de Ntra. Sra. de la
Paz, del antiguo Convento Franciscano de los Ángeles Custodios.
La
Red Nacional de Silos de SNT, que tanto dinero público acaparó, con sus
defectos y burocracias, tasas y autarquía, fue salvaguarda del “oro cereal” de
muchos pueblos, contribuyó al sustento básico garantizando el pan de tantas
familias, con esa hambre y miseria tan terrible que acompaño a los españoles en
los oscuros años de la posguerra, pero al tiempo supuso un avance
industrializador que contribuyó al desarrollo y a la mejora de las condiciones
de vida y laborales de la gente del campo, y esta intrahistoria añadida,
aumenta más si cabe el patrimonio del Silo. Pero no es suficiente.
Bien
al contrario, espero haber conseguido al menos hacer una llamada a la
conciencia colectiva del pueblo para la preservación y conservación de esta
identidad local, y tratar de evitar su continuo deterioro hasta que situación
insalvable, irreversible, como la de tantos edificios históricos desparecidos
del Patrimonio de Torrejoncillo del Rey, y aun hoy, los pocos que restan al
borde de su desaparición. Creo que las alternativas pueden ser muchas, ninguna
sencilla y económicamente difíciles de financiar, bien es verdad, sólo hace
falta voluntad, que la sociedad del pueblo se involucre y actúe abiertamente, luchar
por nuestra autonomía municipal y reclamar a las Administraciones superiores,
partícipes de este engranaje de responsabilidades y dejaciones, que contribuyan
en la reconversión de los Silos, en un reto que es realista y posible, tangible,
para el futuro y el desarrollo de nuestros pueblos.
Torrejoncillo del Rey, abril de 2021
BIBLIOGRAFÍA
Catálogo de documentales cinematográficos agrarios (1895 – 1981).
Fernando Camarero Rioja. Ministerio de Agricultura. 2014.
Temas Españoles. Red Nacional de Silos. Oscar Núñez-Mayo. 1957
Veinte Años de Actuación. El Servicio Nacional del Trigo, del
Ministerio de Agricultura. 1958.
La Red Nacional de Almacenamientos. Documento técnico del SNC. Ministerio
de Agricultura 1970
Red Nacional de Silos. Documento técnico del SENPA. Ministerio de
Agricultura. 1978
Las Catedrales Olvidadas. Red Nacional de Silos en España. 1940 –
1990, de César Aitor Azcárate Gómez. Mº de Medio Ambiente, de 2009.
Ni un español sin pan. La Red Nacional de Silos y Graneros. Ed.
Prensas Universitarias de Zaragoza. 2007. D Carlos Barciela López.
https://www.fega.es/es/el-fega/publicaciones/trigos-espanoles Trigos españoles 1956.
https://www.youtube.com/watch?v=BWk31nK44eI Trigo en España. 1943
https://silosygraneros.es/como-funciona-un-silo/
http://www.ayuntamientochillarondecuenca.com/directory/state-theatre/
http://www.goteo.org/project/silos-todo-el-ano-organizate-a-lo-grande
https://silosygraneros.es/como-funciona-un-silo/
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